Definitivamente su primera vez

Los temas de la semana que han salido.

- Tareas escolares.
Tema rescatado por Il Padrini y con el cual esperamos salir del coma. Cabe hacer mención que si salimos del letargo es gracias a Cepo, el cual preguntó si ya no íbamos a postiar.

-Películas
Tema con el cual caímos en coma por un laaaargo tiempo.

- Bueno por malo.
Tema sugerido por Cepo.

- Placeres culposos.
Tema sugerido por Il Padrini.

- Jet Lag.
Tema sugerido por La Franela.
Y que fue tema ahorcado porque nadie posteó.

- La primera vez. (De lo que sea, pero la primera vez).

- Música.

- "...y esa es mi valiente historia".
Tema sugerido por Gndrix.

- Tema 0: Sin tema alguno en particular. (O sea, tema libre para empezar).

Pequeño nocturno en sol(edad) Mayor Opus 1

Pensaba que ella no se daba cuenta cuando él abandonaba el lecho. Pero cada noche, al dar las once, él se le escurría de por entre los brazos, se zafaba de las sábanas, con paso de gato andaba a puntillas por la alfombra y tras de sí, con un suavecísimo clic, cerraba la puerta de la habitación.
Ella estrujaba las sábanas por horas. Se tragaba el llanto, la furia de los celos y las inmundicias que quería decirle a ese
-Desgraciado
Murmuraba bien quedo. No fuera a ser que él la pudiese oír.
Al principio había sido una escapada de diez minutos. Nada, apenas ella había podido abrir el ojo cuando él ya estaba de vuelta.
-Fui por un vaso de agua
Y allí empezaron las mentiras. Diez minutos a la semana se convirtieron en veinte minutos cada tercer día, que dieron paso a media hora todos los días menos los domingos, y ahora esto. Horas, horas enteras fuera de la cama.
Cuando se dio cuenta fue porque él andaba con unas ojeras de hambruna. Y sin embargo ese brillo en los ojos, ese brillo. la satisfacción se le salía por las comisuras de los labios.
- Cínico, infeliz
Pero que de infeliz no tenía un pelo el pobre diablo, si se le veía silbando a todas horas. Tal parecía que se relamiese ante la expectativa de que llegase la noche.
Ella lo descubrió del peor modo: lo oyó a través de la puerta cerrada.
Esa noche se decidió a seguirlo, pero cuando ya estaba con la mano bien agarrada de la perilla la escuchó. Un quejido femenino y prolongado, seguido de un ronronear placentero y ronco la dejaron inmóvil. Así que era ella de nuevo.
Ella sabía que la guardaba en el estudio, a la muy puta. Claro, por eso la puerta había permanecido con llave por tanto tiempo. Y él se las ingeniaba, cómo no, para ir a verla después de cada comida.
No más.
La noche de anoche ella decidió que no más. Se negaba a dormir sola otra noche. Tras servir la cena se decidió de golpe. Por la noche ella sería la que se escabullera. La que se zafara de las sábanas, anduviera con paso de gato a puntillas por la alfombra y tras de sí, con un suavecísimo clic, cerrara la puerta de la habitación.
Entonces caminaría hasta el estudio, abriría la puerta y la vería allí, obscena, curvilínea y desnuda. Tendida sobre el sillón, lánguida, en espera de que las manos de su marido se posaran alrededor de la cintura.
Esa puta guitarra de mierda se tenía que ir a la chingada esa misma noche.